Narra José María
JM: ¿por qué mamá Tony? ¿por qué le dijo a Arturo que ese bebé no es mi hijo?
MT: shhhhh... habla más bajo, Arturo está afuera esperándote... te puede escuchar...
JM: no me importa, no tengo por qué ocultarle que Salvador es mi hijo...
Furiosa, mamá Tony me dio una bofetada y tomándome bruscamente de los hombros me dijo: no vuelvas a repetir eso... no entiendes que todo lo hago por tu bien... no es normal que un chico se embarace, no quiero que te vean como un fenómeno...
Llorando por el golpe no respondía, sólo escuchaba las palabras de mi abuela...
MT: y tampoco quiero que te tachen de "puta", si todos saben que tuviste un hijo sabrán también que le abriste las piernas a quién sabe quién...
JM: yo no hice nada malo...
MT: ya, deja de llorar y vete con Arturo a dar una vuelta... límpiate esas lágrimas para que él no sospeche nada...
Como siempre, obedecí a mi abuela y salí con Arturo... él no se dio cuenta de lo que había pasado adentro de mi casa aunque seguramente percibió mi tristeza...
En todo el trayecto al río no hablamos... yo no sabía qué decirle...
Pero después las cosas se pusieron peor... Arturo me tenía atrapado entre sus fuertes brazos y mirándome a los ojos me decía: déjame decirte lo que siento... es algo que me quema el pecho y que quiero que lo oigas de mis labios...
Yo ya sabía lo que él sentía por mí... lo supe el día que se fue a la capital y me dio mi primer beso... pero ahora yo no podía corresponder a su amor, no después de lo que me pasó... por eso quería evitar que hablara, pero él no se detenía...
A: José María tengo que decirte que yo...
Antes de poder declararme sus sentimientos, un peón del rancho de Arturo apareció y le dijo que su mamá quería verlo con urgencia...
Antes de irse, me dijo: la próxima vez que nos veamos te diré lo que siento por ti...
No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas... este debería ser el momento más feliz de mi vida porque el hombre que amé desde niño quería confesarme que también me amaba, pero en estos momentos eso era para mí un gran pesar, porque yo ya no podía corresponderle... ya era tarde para nuestro amor porque alguien más me había robado lo que tanto quería entregarle a Arturo...
Esa noche lloré amargamente mi triste suerte... sólo me reconfortaba el tener entre mis brazos a Salvador, ese pedacito de ser que había nacido de mí... aunque fue concebido de la peor forma, yo lo amaba...
Me dormí abrazado a ese pequeño cuerpecito...
Los siguientes días no supe de Arturo... esperaba que lo de su mamá no hubiera sido nada grave... pensaba que él quizás estaba ocupado en asuntos más importantes...
Narra Arturo
Ha pasado una semana desde que supe que tengo un hermano perdido, inmediatamente contraté a unos investigadores privados para buscarlo... de acuerdo a lo que mi padre me decía en su carta mi hermano es tres años mayor que yo y la mujer con la que lo tuvo se llama Isabel...
El investigador llegó al rancho y yo le pregunté: ¿qué ha averiguado?
Investigador: Isabel, la que fue mujer de su padre ya no vive en el pueblo, se fue hace varios años de aquí, al parecer se fugó con un hombre de otro país...
A: y mi hermano ¿se fue con ellos?
Investigador: no, la mujer tenía un hijo que corresponde a todos los datos que me dio, pero ese muchacho fue encarcelado al verse involucrado en una riña dentro de la cantina de este pueblo...
A: entonces ¿mi hermano está preso?
Investigador: no, él ya salió de prisión, estuvo unos días en el pueblo y creemos que actualmente está en la capital... por eso venimos a informarle que viajaremos a la ciudad para buscar a su hermano con todos los datos que ya hemos recabado...
A: perfecto... no se detenga por el dinero... encuentre a mi hermano lo más pronto posible...
El investigador se fue y yo decidí contarle todo a mi madre, pero al llegar a su cuarto ella dormía profundamente... no quise interrumpir su sueño y preferí salir... tenía un asunto pendiente que hacer...
Narra José María
Como todos los días estaba en la sala de mi casa realizando mis trabajos textiles, mi bebé comenzó a llorar y corrí a darle de comer... amaba ver la sonrisa de mi pequeño cuando succionaba con fuerza de su biberón...
Mamá Tony salió de su habitación y me dijo que iría al mercado y después a la Iglesia, que regresaría más tarde... yo continúe dándole de comer a Salvador y después lo acosté en su cuna que está cerca de donde trabajo...
Bastaron unos cuantos arrullos y mi chiquito quedó profundamente dormido, parecía un angelito...
De pronto, escuché que tocaron la puerta, fui a abrir y ahí estaba nuevamente Arturo... tenía la esperanza que se hubiera regresado a la capital, pero no, nuevamente estaba frente a mí para atormentarme con su presencia... amaba verlo, pero me dolía no poder amarlo...
JM: A-Arturo... tú otra vez por aquí...
Él entró a la casa y cerró la puerta... mirándome a los ojos me dijo: ¿por qué te sorprende? antes, venía frecuentemente a visitarte... somos amigos ¿no?
JM: s-sí claro... ¿quieres sentarte? ¿quieres algo de tomar?
A: no, gracias...
Arturo se dirigió a la cuna donde estaba mi bebé y lo miró sonriendo, después me dijo: tu abuela es una mujer muy noble al darle un hogar a este niño que no tiene a nadie... ¿tú lo cuidas?
JM: s-sí, lo cuido mientras trabajo haciendo pulseras...
A: ya veo... quiero contarte un secreto...
JM: ¿un secreto?
A: sí, hace unos días me enteré que no soy hijo único... mi padre tuvo un hijo fuera del matrimonio, que incluso es mayor que yo...
Me sorprendí ante la revelación de Arturo, pero él parecía estar feliz...
JM: ¿debió ser muy fuerte la noticia para ti?
A: al principio sí, pero la verdad es que me alegra... siempre quise tener un hermano, pero mi mamá apenas pudo concebirme a mí... ahora me siento menos solo...
JM: me da gusto que así sea... y ¿ya conociste a tu hermano?
A: no, aún lo están buscando... por eso no he venido a verte porque he estado ocupado con los investigadores y también con asuntos del rancho, espero que lo comprendas...
JM: yo no tengo por qué comprender nada... tú eres libre de hacer lo que quieras...
Arturo se acercó a mí y me dijo: es que la última vez yo te prometí que cuando nos viéramos te confesaría algo... lo que siento...
Muy nervioso, intenté impedir que Arturo continuara hablando: eh, creo que será mejor que te vayas... mamá Tony no tarda en regresar...
A: ¿por qué mientes? cuando venía para acá me encontré a tu abuela y apenas iba de salida, me dijo que iba a tardar...
JM: es que yo...
Arturo me tomó suavemente por la cintura y me dijo: ¿por qué quieres evitar que te diga lo que siento por ti?... acaso te molesta que yo sienta lo que siento...
Los ojos de él se clavaron en los míos y finalmente me confesó sus sentimientos...
A: te quiero José María... te quiero con toda mi alma y no como se quiere a un amigo sino como un hombre ama a una mujer...
Tartamudeando, dije: p-pero cómo puedes decir eso... yo no soy una mujer, yo soy...
A: por favor, no nos hagamos tontos... José María yo sé que tú también me quieres... no lo niegues... sé que me quieres desde que éramos niños... si no te lo confesé antes fue porque quería esperar a que crecieras, pero ya no puedo más... tengo que decirte que te quiero y te deseo...
Sacando fuerzas de flaqueza, me separé de Arturo bruscamente y dije: vete, por favor vete...
Extrañado por mi reacción, él dijo: ¿qué te pasa? pensé que te daría gusto saber mis sentimientos...
Yo no pude soportar más y comencé a llorar...
JM: por supuesto que me da gusto... siempre soñé con que me dijeras esto, pero ahora yo no puedo corresponderte...
A: ¿por qué no?
JM: porque no puedo... no después de lo que me pasó...
A: ¿lo que te pasó? ¿de qué estás hablando?
JM: de nada... ya te dije que te vayas...
Abrí la puerta de la calle para que Arturo saliera, pero él no hizo caso y la cerró con fuerza para luego decirme con voz recia: no me voy a ir hasta que me digas por qué no puedes corresponderme... ¿por qué?
Arturo me tomó fuertemente por los brazos y yo no pude más que confesarle mi tragedia...
JM: porque no soy digno de ti... no puedo serlo después que me violaron...
Los ojos verdes de Arturo se abrieron desmesuradamente y gritó: ¿qué dices? eso no puede ser...
JM: sí, así es... el día que te fuiste a la capital, ese mismo día un desgraciado abusó de mí...
Con la mirada encendida de rabia, Arturo vociferó: ¿quién es ese hijo de puta? dime su nombre para que lo haga pagar...
JM: no lo sé, no sé su nombre... fue un delincuente que ni siquiera vive acá... no he vuelto a verlo desde que me arruinó la vida...
Arturo golpeó fuertemente la pared y se quedó en silencio por unos instantes... yo me senté en un sillón mientras lloraba desconsoladamente...
De pronto sentí una cálida mano en mi hombro... alcé mi vista y vi el varonil rostro de Arturo que me miraba con ojos llenos de amor...
A: lo siento José María... lamento mucho lo que te pasó... pero eso no cambia lo que siento por ti...
JM: pero Arturo, no te das cuenta que yo ya fui de otro hombre... ese tipo me robó mi virginidad... yo soñaba con que tú fueras el primero en mi vida y eso ya no podrá ser...
Tiernamente, Arturo me puso de pie y limpiando mis lágrimas me dijo: no llores chiquito... yo sé cuánto te duele lo que te pasó... pero a mí no me importa... tú vales mucho aun cuando ese maldito te haya quitado tu castidad... yo no soy ningún santo y aprecio que te hayas guardado para mí, pero aunque no puedas entregarme tu virginidad, te pido que me entregues tu corazón...
Las palabras de Arturo llegaban a lo más profundo de mi alma y mirándolo a sus ojos verdes le contesté: mi corazón siempre ha sido tuyo...
Arturo puso su mano en mi cintura y me acercó a su fornido cuerpo... sin esperar más, me dio un beso lleno de ternura y pasión... un beso que era aún más dulce que aquel otro que me dio como despedida...
A través de sus labios, sentía todo lo que él me quería...
Cuando el beso terminó, Arturo me susurró: entrégate a mí José María... entrégame todo de ti...
Narra Arturo
Mientras besaba los labios rojos de José María sentía mi cuerpo arder, deseaba tanto fundirme en él y hacerlo mío... no aguanté más y cuando nuestras bocas se separaron le susurré...
A: entrégate a mí José María... entrégame todo de ti...
José María no respondió, sólo agachó su cabeza y tímidamente asintió...
Eso fue todo lo que necesité para tomarlo entre mis brazos y llevarlo cargando hasta su habitación... ya conocía el camino porque muchas veces lo visité cuando éramos niños...
Lo deposité suavemente en la cama y comencé a desvestirlo, él se ruborizó cuando vio que su cuerpo quedaba expuesto frente a mí...
...sonreí al ver sus mejillas teñidas de rojo y disfruté al ver cada centímetro de su piel totalmente desnuda... por Dios, José María es más bello de lo que imaginaba...
Yo también me quité la ropa, mostrando con orgullo mi cuerpo desnudo y mi virilidad que ya estaba como una espada lista para envainarse...
Noté el temor en sus ojos, seguramente había secuelas de la terrible experiencia que había vivido...
Besé su frente con ternura y le dije: no tengas miedo, seré cuidadoso, te lo prometo...
Coloqué su rostro en mi pecho y sentí sus besos que me encendieron aún más...
Me puse encima de él y recorrí con mi lengua cada parte de su tersa piel... poco a poco fui descendiendo hasta llegar a su intimidad... abrí sus piernas y frente a mí se abrió el paraíso...
Su cueva vibraba pidiendo mi atención... toqué con un dedo ese dulce agujero provocando que José María diera un gemido que me excitó demasiado...
No aguanté la tentación y comencé a probar de ese fruto que me enloquecía...
JM: ah ah ah... Arturo, por favor...
A: te estoy preparando para que me recibas...
Y eso hacía, lubricaba con mi lengua ese espacio que pronto albergaría mi hombría brindándome el mayor de los placeres...
La intimidad de mi chico estaba muy cerrada y apretada... con el beso negro que le daba sus paredes iban rindiéndose al placer...
Para esos momentos mi erección dolía por lo que no pude esperar más y coloqué mi verga en su entrada...
Mis ojos se toparon con los de José María... le di un beso apasionado en los labios y comencé a entrar...
Mi virilidad se introducía por primera vez en esa abertura que tanto había deseado, el placer que sentía aumentaba con los gemidos de José María... me sentía completamente borracho de lujuria... desde hace mucho soñaba con tenerlo así...
Anhelaba el día en que fundiría mi cuerpo con el de José María, el día en que lo haría mi mujer...
Narra José María
Aghhhhhhhh... apenas si podía hablar, sólo podía emitir sonidos que me avergonzaban... sentía como mi entrada se iba ampliando ante la invasión del pene de Arturo...
¿Por qué tenía que ser tan grande y grueso?... a pesar que yo también deseaba a Arturo, su hombría me provocaba mucho dolor... aunque claro no tanto como mi primera vez...
Arturo se iba abriendo paso lentamente en mi interior... sentía su longitud llenándome poco a poco, tan diferente a como el Diablo me había tomado penetrándome sin el menor de los cuidados...
La calidez de Arturo hacía mi sufrimiento más soportable...
Miraba su rostro tan cerca de mí y me dijo: ya casi estoy totalmente dentro de ti... eres tan estrecho...
Yo no le respondí, sólo cerré mis ojos pues sus palabras me avergonzaban... con los ojos cerrados las sensaciones eran aún mayores... sentía cada milímetro del pene de Arturo entrando en mí...
Y de pronto sentí que sus huevos chocaron con mis nalgas... Arturo me había llenado por completo... su hombría me llegaba hasta lo más profundo...
Gemí con dolor y abrí mis ojos: ah aghhhh...
Él me susurró: ya eres mío José María... eres mío...
Una lágrima de felicidad rodó por mis mejillas, pues aunque sentía dolor lloraba por ser uno con el hombre que amaba desde niño...
Arturo me besó nuevamente y se quedó sin moverse... esperaba a que me acostumbrara a tenerlo en mi interior...
Después de unos segundos de mantenerse inmóvil sobre mí, Arturo me preguntó: ¿ya puedo moverme?
Asentí tímidamente y él retiró de mi interior la mitad de su longitud para después enterrarla nuevamente...
A partir de ese momento iniciaron sus estocadas firmes y duras... yo comencé a gemir sin cesar hasta que él dio en el punto...
Su pene tocó la parte de mi cuerpo donde me producía un gran placer y al darse cuenta me embistió sin parar para provocarme el mayor de los gozos...
Ya no sentía dolor, sólo me aferraba a las sábanas disfrutando de ese bello momento...
Narra Arturo
El culo de José María me volvía loco, no podía dejar de penetrarlo, temía hacerle daño, pero mi naturaleza era más fuerte...
Después de descubrir su punto de placer, decidí hacerle olvidar el amargo momento de su desfloración y lo haría dándole una segunda vez que nunca olvidaría...
Lo penetré en la clásica posición de misionero y después lo puse de cara contra la cabecera de la cama...
Él se sorprendió por el cambio, pero no le di tiempo de reaccionar, pues de nuevo estaba dentro de él haciéndolo bramar de placer...
Consumido por la pasión, le dije: no sabes cuántas veces soñé con tenerte así y hoy por fin eres mío...
JM: sí, soy tuyo... completamente tuyo...
A: escúchame José María, no me importa no haber sido el primero en tu vida, pero a partir de hoy seré el único ¿me entiendes?... sólo yo puedo tocarte y besarte... soy como tu marido y tú eres mi mujer...
JM: ah ah, sí Arturo, sólo te pertenezco a ti... eres el único hombre para mí...
Las palabras de José María aceleraban mi excitación y me hacían penetrarlo con mayor pasión...
Nuevamente lo acosté en la cama y lo embestí lleno de lujuria... estaba a punto de llegar al límite... estaba por explotar dentro de José María y marcarlo para siempre...
Me acerqué a su oído y le susurré: te amo José María, te amo...
Esas palabras fueron suficientes para que él se corriera manchando mi abdomen y el suyo propio...
Yo no aguanté más y eyaculé bañando con mi semen las entrañas de José María, a quien besé apasionadamente mientras lo marcaba muy profundamente...
Narra José María
De pronto sentí que Arturo comenzó a temblar y percibí como su miembro crecía en mi interior... estaba por correrse dentro de mí, recordé que tengo órganos internos femeninos y puedo embarazarme... quise que se saliera de mí, pero a la vez deseaba que me purificara con su amor... pensaba que si me bañaba con sus fluidos limpiaría los lugares que el Diablo había manchado...
No tuve fuerzas para alejarlo y sentí como Arturo inundaba mi interior con su simiente...
Cerré los ojos y los abrí cuando él me besó apasionadamente en los labios... yo le correspondí...
...sentía que en esos momentos ya era su mujer, sólo de él y ya nunca nadie podría separarnos... nadie...
Arturo me estrechó fuertemente en sus brazos haciéndome sentir protegido... deseaba que ese momento fuera para siempre... sólo él y yo sin pensar en nada más...
Pero, una semana después, Arturo me dio una noticia...
A: José María estoy feliz... encontraron a mi hermano...
Arturo por fin conocerá a su hermano... ¿afectará su relación con José María?
¿Qué pasará cuando José María conozca al hermano de Arturo?
¿Qué pasará cuando José María conozca al hermano de Arturo?
Continuará...
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