5.- Reencuentro


Narra Arturo
Hace varios meses que llegué a la capital para estudiar la universidad y aunque intento concentrarme en mis estudios no puedo sacarme de la cabeza a José María
Hace varios meses que llegué a la capital para estudiar la universidad y aunque intento concentrarme en mis estudios no puedo sacarme de la cabeza a José María... la última vez que me comuniqué con él fue muy cortante y me pidió que no volviera a hablarle... en más de una ocasión he pensado en regresar al pueblo para buscarlo, pero hay algo que me detiene, quizás es el temor a encontrarme con algo que podría dolerme...
Los días siguieron pasando y una noche que regresé a la casa de mi tío Lorenzo me encontré a Fabiola, mi prima, esperándome en mi cuarto...
Los días siguieron pasando y una noche que regresé a la casa de mi tío Lorenzo me encontré a Fabiola, mi prima, esperándome en mi cuarto
A: ¿qué haces aquí?
F: hola primo, te estaba esperando para invitarte a una fiesta con mis amigas... vamos, te vas a divertir...
A: gracias, pero no tengo ganas... estoy cansado...
Coquetamente, Fabiola se acercó a mí y colocando su mano sobre mi pecho me dijo: anda, no me hagas este desaire... es que muero por ir a esa fiesta y papá ya me dijo que no me dejará ir sola... acompáñame, hazme ese favor ¿quieres?
A: mmm... está bien, pero sólo estaré un rato...
Alegremente, Fabiola me besó en la mejilla: gracias primo, por eso te quiero tanto...
Más tarde en la fiesta, todos se divertían menos yo... las amigas de mi prima se me hacían demasiado frívolas...
La verdad es que siempre he sido un hombre de pocos amigos, quizás por eso en el pueblo me refugié en la amistad de José María... recordaba esos momentos divertidos que pasamos juntos desde que éramos niños...
Mis pensamientos fueron cortados por mi prima, que con algunos tragos encima me invitó a bailar...
Yo la detuve y le dije: Fabiola, ya no estás muy bien, será mejor que nos vayamos...
F: ¿estás loco? la fiesta está buenísima... lo que te hace falta es integrarte... vente a bailar conmigo...
A: no, lo que quiero es irme...
F: eres un amargado primo... pues si no quieres bailar quédate sentado toda la noche...
Fabiola regresó al lado de sus extrovertidas amigas y yo harto de estar en un lugar que no me agradaba decidí salirme sin decirle a nadie...
Caminé sin rumbo por las calles de la ciudad hasta llegar a un bar, algo más bohemio y sin tanto ruido...
Me senté en una mesa y pedí un trago... la música de trova me tranquilizaba y me hacía recordar buenos momentos... de pronto vi que en una mesa cercana estaba sentado a solas un chico que me sonreía coquetamente...
de pronto vi que en una mesa cercana estaba sentado a solas un chico que me sonreía coquetamente
No sé si era el alcohol, pero vi en él algo de José María...era un chico de complexión delgada, tez blanca, cabello rubio y facciones delicadas... bastó que le dedicara una sonrisa para que se sentara en mi mesa y bastaron unas palabras más para terminar juntos en el cuarto de un hotel...
Aunque no soy hombre de acostarme con cualquiera, esta vez mis necesidades masculinas le ganaron a la razón... el chico cuyo nombre era Robin me basaba ardientemente encendiendo la llama dentro de mí...
Una vez desnudos sobre la cama, recorría con mi lengua la anatomía de Robin, que gemía descaradamente ante mis caricias...
Él me detuvo y me pidió que me pusiera de pie para segundos después tomar con sus manos mi falo, que ya estaba completamente erguido
Él me detuvo y me pidió que me pusiera de pie para segundos después tomar con sus manos mi falo, que ya estaba completamente erguido...
R: la tienes enorme, quiero probar su sabor...
Comenzó a besar la cabeza de mi verga, para poco a poco ir ensalivando con su lengua toda mi longitud hasta llegar a los huevos...
Cuando Robin metió mi virilidad en su boca sentí una descarga de adrenalina... sin duda este chico era un experto en la cama y me hizo un gran sexo oral...
Todos mis sentidos estaban encendidos mientras veía el rostro de Robin y su boca ampliarse ante cada chupada que le daba a mi hombría
Todos mis sentidos estaban encendidos mientras veía el rostro de Robin y su boca ampliarse ante cada chupada que le daba a mi hombría...
Sentí que iba a estallar en su garganta, por lo que lo empujé a la cama y me coloqué entre sus piernas... metí dos de mis dedos en su cavidad anal y noté que ya estaba dilatado...
Robin me sonrió seductoramente y eso fue suficiente para que enterrara mi verga en su culo sin la menor compasión...
Robin me sonrió seductoramente y eso fue suficiente para que enterrara mi verga en su culo sin la menor compasión
R: aghhhhhh...
Estaba demasiado excitado y necesitaba desfogarme, por eso empecé de inmediato con las embestidas haciendo gemir de placer y dolor a Robin...
Estaba demasiado excitado y necesitaba desfogarme, por eso empecé de inmediato con las embestidas haciendo gemir de placer y dolor a Robin
R: tienes la verga tan grande... eres todo un macho...
El chico sabía cómo calentarme y yo me encargaría de satisfacerlo
El chico sabía cómo calentarme y yo me encargaría de satisfacerlo...
A: y tú tienes un culazo que enloquece a cualquiera...
Los gemidos apasionados inundaron al cuarto y no puedo negar que aunque Robin era un excelente amante, en mi interior deseaba estar penetrando a José María
Los gemidos apasionados inundaron al cuarto y no puedo negar que aunque Robin era un excelente amante, en mi interior deseaba estar penetrando a José María...
Sí, no podía evitar ver el rostro de Robin y pensar que José María era quien gemía debajo de mí... cerraba los ojos y me imaginaba a José María gritando mi nombre mientras lo empalaba y lo hacía mío...
cerraba los ojos y me imaginaba a José María gritando mi nombre mientras lo empalaba y lo hacía mío
Pero Robin me hizo volver a la realidad con los rasguños que me daba en la espalda...
le saqué mi verga de golpe y él me dijo con mirada suplicante: por favor, no te detengas, necesito más
...le saqué mi verga de golpe y él me dijo con mirada suplicante: por favor, no te detengas, necesito más...
le saqué mi verga de golpe y él me dijo con mirada suplicante: por favor, no te detengas, necesito más
Yo sólo sonreí y lo coloqué en cuatro para continuar follándolo en posición de doggy style...
Robin gritó nuevamente al sentirme dentro de él... esta vez me fui hasta el fondo de su orificio y mis huevos chocaron con sus nalgas...
esta vez me fui hasta el fondo de su orificio y mis huevos chocaron con sus nalgas
Él, como todo un experto sexual, apretó su ano para darme aún más placer... yo le correspondí embistiéndolo salvajemente como su cuerpo me lo pedía...
Lo tomé por el cuello y continúe taladrándole el culo hasta que sentí una corriente eléctrica recorrer mi espalda... era el aviso de que estaba por correrme...
Saqué mi hombría del agujero de Robin y lo arrojé bruscamente en la cama
Saqué mi hombría del agujero de Robin y lo arrojé bruscamente en la cama... no aguanté más y descargué mi simiente sobre el pecho de mi amante, quien bramaba de placer, después de haberse corrido varias veces mientras teníamos sexo...
Una vez que la excitación pasó vi el rostro de Robin y le di un beso en los labios como agradecimiento...
Una vez que la excitación pasó vi el rostro de Robin y le di un beso en los labios como agradecimiento
A: eres muy ardiente en la cama...
R: jajaja... tú también lo eres... sin duda, esta fue una excelente venganza...
A: ¿venganza? no entiendo...
R: me peleé con mi novio porque lo encontré en la cama con otro y pues después de esto ya estamos a mano, creo que ya lo perdonaré jajajaja...
No pude evitar reír ante la ocurrencia del chico... inmediatamente después, Robin se levantó de la cama para vestirse...
Antes de irse, me dijo: adiós Arturo, quizás algún día volvamos a vernos... o quizás no...
Me guiñó el ojo y se fue... yo me quedé un poco más en la cama, que en esos momentos estaba impregnada de olor a sexo...
Al día siguiente, de regreso en la casa del tío Lorenzo, Fabiola me reclamaba...
F: eres un idiota, me dejaste sola en esa fiesta... mi papá me dio la regañada de mi vida...
A: te dije que sólo estaría un rato y así fue... tú quisiste quedarte...
F: ¿por qué eres así conmigo? tú sabes que yo te quiero como algo más que un primo... me gustas...
Nuevamente, mi prima me confesaba sus sentimientos hacia mí... ya estaba harto de sus constantes acosos...
A: por favor Fabiola, no volvamos con esto... ya hemos platicado y sabes que no puedo corresponderte...
F: ¿por qué no?... supongo que es porque hay alguien más ¿verdad?... ¿dejaste a alguien en ese sucio pueblo del que vienes?
A: sí, en ese sucio pueblo como lo llamas está la persona que quiero y un día voy a regresar y entonces...
F: cállate, no quiero seguir escuchándote... un día te vas arrepentir de rechazarme y una cosa más te digo... esa persona de la que estás enamorado seguramente en estos momentos se está revolcando con quien sabe cuántos...
Oír decir eso encendió mi furia y le contesté con voz fuerte: no digas cosas que no sabes... tú no conoces a...
F: no necesito conocer a nadie... dicen que amor de lejos es de pensarse y te aseguro que cuando regreses a tu pueblo esa persona ya no será tan pura como tú crees...
dicen que amor de lejos es de pensarse y te aseguro que cuando regreses a tu pueblo esa persona ya no será tan pura como tú crees
Fabiola no me dijo más y se fue a su cuarto, sin embargo sus palabras quedaron resonando en mi mente... ¿será que José María había encontrado a alguien y por eso ya no quería hablarme?
Continué con mis estudios, pero mi corazón pedía volver al pueblo donde nací y como si el universo me escuchara, un día después de año y medio en la capital una llamada cambió mi destino...
"Joven Arturo, soy el médico de su familia, le pido que venga lo más pronto posible, su madre está muy enferma y quizás no sobreviva por mucho tiempo".
No esperé un día más y volví al rancho de inmediato... al llegar, lo primero que hice fue ir a la recámara de mis padres, donde vi a mi madre Carlota, acostada con un semblante de dolor...
La palidez en su rostro me hacía ver que la enfermedad la estaba consumiendo...
Con voz baja me dijo: perdóname por hacerte volver... yo misma te pedí que te fueras a estudiar lejos y ahora por mi culpa estás de regreso...
A: no te preocupes mamá... yo más que nadie anhelaba estar aquí... aunque me entristece regresar y encontrarte enferma...
C: me voy a morir y tú tendrás que hacerte cargo de todo...
A: no digas eso, la medicina ha avanzado mucho y podrás curarte...
Mi madre comenzó a toser interrumpiendo mis palabras... el médico entró a la habitación para auxiliarla en su malestar...
Más tarde, platiqué con el doctor y me dio la terrible noticia: la enfermedad de tu madre es terminal por lo que le queda poco tiempo de vida...
A: ¿cuánto tiempo?
Doctor: seis meses o quizás menos...
Fue un duro golpe saber que pronto mi madre moriría... decidí salir a caminar al pueblo para olvidarme un poco de la mala noticia y mis pasos me llevaron hasta la casa de José María...
Deseaba ver a mi amigo de la infancia, deseaba que él con sus palabras me confortara...
Toqué la puerta y minutos después fui atendido... por fin volví a ver a José María, estaba aún más bello de lo que recordaba... no sabía qué pero tenía un brillo diferente en su rostro... sentía que algo especial le había pasado en mi ausencia...
A: José María... ¿puedo pasar?
Visiblemente sorprendido por mi visita, él me contestó: es que yo...
No espere respuesta y entré a su casa, una vez dentro le pregunté: ¿qué ha pasado José María? ¿por qué te negaste a hablarme? ¿por qué me pediste que no te llamara? ¿por qué?
No espere respuesta y entré a su casa, una vez dentro le pregunté: ¿qué ha pasado José María? ¿por qué te negaste a hablarme? ¿por qué me pediste que no te llamara? ¿por qué?
Él no pudo responderme porque el llanto de un bebé interrumpió la conversación... hasta ese instante me percaté de la cuna que estaba en la sala de la casa y al acercarme vi a un recién nacido...
A: ¿y este niño? ¿qué hace aquí este niño José María?
JM: ese bebé es...
"Ese bebé es un niño que abandonaron y yo lo traje a esta casa"... era la voz de la señora Antonia, la abuela de José María, que regresaba de la calle...
José María dijo: mamá Tony, tú no puedes...
Las palabras de José María fueron calladas por la de su abuela que se acercó a saludarme: hola Arturo... no sabía que habías regresado al pueblo...
A: regresé hoy señora...
MT: me da gusto... ¿quieres tomar algo?
A: no, gracias... sólo vine a saludar a José María y a invitarlo a dar una vuelta...
MT: pues adelante... ve José María, sal con tu amigo a dar una vuelta...
JM: pero mamá Tony, yo tengo que...
MT: Arturo, espera un momento afuera... enseguida te alcanza José María...
Obedecí a la abuela y esperé a José María fuera de la casa... minutos después él salió con una mirada triste y me dijo: vamos a dar una vuelta...
Caminé con José María por las empedradas calles hasta llegar al río, donde acostumbrábamos ir para platicar... en el trayecto apenas si hablamos, notaba a José María distante y preocupado...
A: ¿te pasa algo José María?
JM: n-no me pasa nada... mejor dime ¿por qué volviste?... se supone que estarías cinco años en la capital...
A: sí, pero mi madre está muy enferma y tuve que regresar antes... es probable que ella muera muy pronto...
Con un gesto de preocupación, él dijo: Dios Mío, ojalá y se recupere... ten fe en que así será...
José María colocó su mano en mi hombro y yo sentí un choque eléctrico ante el contacto con su suave piel...
Tomé su mano y me acerqué aún más a él para decirle: a pesar de la desgracia que me hace volver, no puedo negar que me da gusto estar aquí, porque puedo verte nuevamente...
Sentí el nerviosismo de José María al tenerme cerca, pero de inmediato rompió el contacto alejándose e intentando cambiar de tema...
JM: y-yo espero que todo se solucione y puedas regresar pronto a la capital...
A: pero es que ya no quiero irme... José María volví, aunque no pasaron los cinco años que te dije que estaría fuera, pero estoy aquí... ¿recuerdas lo que te dije antes de irme? ¿lo que pasó la última vez que nos vimos?
JM: s-sí lo recuerdo, pero por favor no hablemos de eso...
A: ¿por qué no?
JM: porque no quiero y creo que será mejor que regresemos...
Era evidente que José María quería huir de mí, pero yo lo detuve tomándolo del brazo y lo jalé hacia mi cuerpo para decirle mirándolo a los ojos...
Era evidente que José María quería huir de mí, pero yo lo detuve tomándolo del brazo y lo jalé hacia mi cuerpo para decirle mirándolo a los ojos
A: José María, antes de irme te besé en los labios y te dije que me esperaras...
JM: por favor Arturo, no sigas...
A: te pedí que me esperaras porque hay algo que quiero decirte y que creo que tú ya sabes... algo que siento desde que éramos niños...
JM: no Arturo... espera por favor...
A: déjame decirte lo que siento... es algo que me quema el pecho y que quiero que lo oigas de mis labios...
El rostro de José María reflejaba una mezcla de sentimientos que en esos momentos no sabía cómo interpretar...
A: José María tengo que decirte que yo...
Antes de poder decirle a José María lo que sentía por él, Pancho, un peón del rancho apareció...
P: joven Arturo, por favor venga conmigo... su mamá lo está llamando... se siente muy mal y quiere verlo...
Con pesar en mi corazón tuve que dejar a José María, pero antes de irme le dije: la próxima vez que nos veamos te diré lo que siento por ti...
Vi que sus bellos ojos se llenaron de lágrimas y yo creí que eran de felicidad...
Vi que sus bellos ojos se llenaron de lágrimas y yo creí que eran de felicidad

Regresé al rancho y en su cuarto mi madre se encontraba muy agitada...
A: tranquila mamá, el doctor ya viene a verte...
C: no quiero verlo a él, sino a ti... siento que me queda poco tiempo y no quiero morirme sin remediar mis pecados...
A: no te entiendo mamá...
Con esfuerzo mi madre habló: recuerdas que antes de morir tu padre te dejó una carta...
A: sí, la que tú destruiste y me dijiste que papá únicamente me pedía que me hiciera cargo del rancho...
C: te mentí... no rompí esa carta como te dije... esa carta está en mi ropero... sácala por favor...
No estaba entendiendo nada, pero ante las circunstancias obedecí... abrí el ropero de mi madre y siguiendo sus instrucciones saqué un cofre donde estaba la carta de mi padre...
C: lee esa carta... léela en silencio...
Comencé a leer y mis ojos se abrieron grandemente al descubrir su contenido... no podía creer lo que ahí decía... ahora entendía por qué mi madre había querido ocultarla...
Una vez que terminé de leerla me acerqué a mi mamá y le pregunté: ¿es esto cierto?
Con lágrimas en los ojos, ella me respondió: sí Arturo, lo que te dice tu padre en esa carta es verdad... tú no eres su único hijo... él tuvo uno más con otra mujer...
A: pero es que esto no puede ser...
C: por favor hijo, antes de morir quiero limpiar mi conciencia... quiero que cumplas con lo que tu padre te pide en esa carta... quiero que encuentres a ese muchacho y le des el lugar que le corresponde en este rancho...
Las palabras de mi madre resonaban en mi cabeza... yo aún no salía de mi asombro, aún no asimilaba que tenía un hermano del que ni siquiera sabía su nombre...
yo aún no salía de mi asombro, aún no asimilaba que tenía un hermano del que ni siquiera sabía su nombre
¿Encontrará Arturo a su hermano perdido? ¿Le confesará sus sentimientos a José María?
Continuará...

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